MADURO Y SU LABERINTO

Laberinto

Por: Silvestre Tomás Gorrochotegui V.

Nicolás Maduro carga con una doble derrota. La derrota electoral del 28 de julio del 2024 cuando el candidato presidencial de la oposición obtuvo el 67 por ciento de los votos, duplicándolo en votos absolutos y en el fracaso del fraude orquestado por el presidente del CNE, la Sala Electoral del TSJ y el Fiscal General de la República que resultó en una chapuza. Y una desastrosa derrota política expresada en la soledad que lo acompaña desde hace algún tiempo pero expresada con toda crudeza el 28 de julio (la base social del chavismo le dio la espalda y la comunidad internacional desconoce la fraudulenta proclamación), la publicación por parte de la oposición de las copias de las actas emitidas por las máquinas del CNE, enviadas y recibidas en la Junta de Totalizadora del órgano comicial coincidentes con las contenidas en el sobre N° 1 custodiadas por el Plan República (FANB). Amén, de la actitud de la izquierda latinoamericana y venezolana deslindando con la conducta mafiosa de Maduro y sus adlatares. Una política, no solo electoral, rechazada categóricamente por la sociedad venezolana y derrotada por la ciudadanía con la conducción de María Corina Machado y la aplomada campaña electoral de Edmundo González Urrutia.

Colocado frente a esta dura realidad, Maduro debe repensar y decidir sobre sus objetivos y estrategias. Como primera opción tiene la de admitir la victoria electoral de Edmundo González Urrutia y negociar una transición democrática. En segundo lugar, alternativamente, aferrarse tercamente al poder y al fraude al costo que sea. Ambas opciones tienen, a nuestro juicio, probabilidades iguales de resultar tomadas por el presidente saliente.

Un análisis de la opción negociar y entregar el gobierno al presidente electo resulta ser, no sólo la más inteligente y aconsejable, sino altamente probable a pesar de las bravuconadas y la represión desatada. Lo es porque las fuerzas de Maduro están severamente disminuidas, endebles las instituciones que lo soportan en el poder y prácticamente sin capacidad de maniobra. Como fue dicho antes, las bases del chavismo no reconocen ni aceptan el «liderazgo» de Maduro, más de las dos terceras partes de la sociedad venezolana lo repudia, el funcionariado que opera en el aparato del Estado no lo quiere, no lo respeta ni le teme como se demostró en las elecciones del 28 J; no es posible explicar el 67% de los votos obtenidos por EGU sin el voto de los policías, funcionarios públicos, militares y sus familias. Por si eso fuera poco, las instituciones que le sirven de soporte en el poder han alcanzado niveles de desprestigio colosales: el CNE, TSJ, Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo juntas no valen, hoy día, un centavo del devaluado bolívar. El PSUV, partido de gobierno, resultó ser una entelequia que ni para el chantaje y el control social a los sectores más vulnerables funciona medianamente bien. Sus aliados internacionales más próximos, Cuba y Nicaragua, son verdaderos Estados fallidos. Sus socias allende los mares, Rusia e Irán, están bien comprometidos por la guerra en Ucrania, el primero, y por la explosiva y peligrosa crisis en el medio oriente, el segundo. Este cuadro aconseja a Maduro y a sus torpes socios aceptar la cortés invitación de EGU, María Corina Machado y la PUD a negociar una salida con garantías.

La alternativa de aferrarse al poder y al fraude pagando un alto costo, aunque torpe e inviable, luce bastante probable que la asuma a juzgar por la brutal represión que ha desatado. De hecho, es lo que está haciendo con la censura aplicada a los medios de comunicación social independientes, la persecución y detenciones arbitrarias a periodistas, el encarcelamiento a manifestantes pacíficos, el asesinato a una veintena de ciudadanos que manifestaban contra el fraude, las desapariciones forzadas y las ilegales detenciones a líderes políticos de oposición como es más que evidente. Comportamiento típico o característico de los regímenes totalitarios de corte fascista. Pero esta opción tiene «patas cortas», los regordetes y macilentos generales venezolanos no sólo cargan con la presión familiar que les reprocha las prácticas represivas y antidemocráticas, sino que están conscientes del previsible e inminente resultado del juicio penal contra Nicolás Maduro que cursa en la Corte Penal Internacional. Las sistemáticas y reiteradas violaciones a los derechos humanos, especialmente las ejecuciones extrajudiciales y las torturas para sólo mencionar dos casos pueden arrastrar a toda la cadena de mando, militares y policías de distintos rangos. ¿Están los militares dispuestos a pagar tan alto costo? ¿Está el alto mando militar ganado para enterrarse con Maduro? Las dudas al respecto me conducen a la siguiente afirmación. El plan de maduro y sus socios de aferrarse al poder «por las malas» es, simple y llanamente, inviable.

El tercer dato de la ecuación es la plural oposición política. Unas consideraciones sobre la misma la muestra coherente y unificada en su desempeñó, con MCM convertida en la líder nacional, con una credibilidad y prestigio creciente pese a la brutal campaña oficial dirigida a enlodar su reputación y trayectoria. Una oposición que ha hecho de la ruta electoral el centro de su estrategia, anclada en la prédica de la lucha pacífica y la noviolencia, posicionada como defensora de los derechos constitucionales violados sistemáticamente por el gobierno y portadora de un relato político que interpreta las necesidades, aspiraciones y expectativas de la ciudadanía, sin negar los errores del pasado que aun la afecta. Una oposición política que parece haber comprendido el rol que la sociedad civil y la ciudadanía han jugado en las luchas democráticas y que seguirán cumpliendo en el futuro inmediato. Todo lo cual la ha empoderado mientras el gobierno se aleja cada día más del sentimiento y aspiración de la gente. Nuestra humilde opinión es que el madurismo y el régimen en general no tienen discurso ni propuesta programática y política capaz de revertir esta situación, al menos en el corto y mediano plazo esta es una verdad de perogrullo. Lo cual refuerza nuestra tesis, según la cual, la salida más viable e inteligente a la cual debe recurrir Maduro para salir del laberinto es negociar el traspaso de mando y la transición política.

Bogota, 16 de agosto de 2024.